30 de junio de 2009

¿ESTAMOS PREPARADOS PARA CRECER?

Miro a mi alrededor y no me parece que estemos muy duchos en esto del trabajo en equipo y, sin embargo, nunca me ha parecido tan importante como ahora la necesidad de sacar el máximo de provecho de nuestros esfuerzos y habilidades. Me temo que el lastre del “pasota” sigue estando de moda tanto como el incordio del “listillo”. Seguimos siendo un país de “espabilaos” y envidiosos donde hay que aparentar que se trabaja más que nadie mientras se intenta escurrir el bulto disimuladamente y aprovechar para lanzar todo tipo de infundios con el objeto de despellejar al adversario. ¿Dónde ha quedado el espíritu de equipo?

Creo que solo desde las habilidades directivas se puede remediar este problema, aunque primero los puestos directivos deben de ser ocupados por personas con la formación adecuada.

“Bicheando” por la red sobre estas cuestiones he encontrado un par de apuntes que me han parecido interesantes:

El primero pertenece a “Alfredus” quien publica en su blog “ACL Liderazgo y gestión” un ejemplo sobre lo que significa el trabajo en equipo y la manera en la que un solo individuo puede perjudicar el resultado del trabajo en común:
“Aunqux mi máquina dx xscribir xs antigua, funciona bastantx bixn, xxcxpto una dx sus txclas. Sin xmbargo, muchas vxcxs mx hubixra gustado qux funcionara pxrfxctamxntx. xs vxrdad qux cuarxnta y sxis txclas van bastantx bixn, pxro la única qux falla, sx nota considxrablxmxntx. xn ocasionxs, mx parxcx qux nuxstra organización xs como mi máquina dx xscribir. xn xlla no toda la gxntx “clavx” trabaja como dxbx. Puxdxs pxnsar: “Buxno, yo sólo soy uno. No sx va a notar dxmasiado”. Pxro, ya sabxs, para qux la organización sxa xficaz nxcxsita dx la participación activa dx todos sus mixmbros. La próxima vxz qux pixnsxs qux tu xsfuxrzo no xs nxcxsario, rxcuxrda mi vixja máquina dx xscribir y pixnsa: “soy una pxrsona clavx”
El segundo apunte lo encuentro en “Habilidades directivas para dirección de equipos” donde Paco presenta un interesante post titulado “El respeto como personas, la clave de una organización”:
“En The human problems of an industrial civilization (New York: MacMillan, 1933), Elton Mayo argumentaba que los obreros se sienten menos satisfechos cuando la empresa crece y, por tanto, es más distante e impersonal. Sugería que los directivos debían organizar el lugar de trabajo de tal forma que el obrero pudiera sentirse aceptado y comprometido con un pequeño grupo para mejorar y aumentar la producción. Muchas de estas ideas se adoptan actualmente en las industrias más relevantes. Por ejemplo, en el sector de automoción han derivado de alguna manera en lo que se conoce como Organización Humana de la Producción y de esta manera, hoy en miles de factorías los operarios se reúnen en pequeños grupos antes de comenzar la jornada para participar en el despliegue e implicación de los objetivos del equipo. El Efecto Hawthorne (nombre derivado del estudio realizado y coordinado por Mayo en la Western Electric’s Hawthorne Works de Chicago) aún se estudia a día de hoy, pero una de sus principales conclusiones establece que el nivel de producción es resultante de la integración social, no de la capacidad física o fisiológica, es decir, que la relación entre la satisfacción del trabajador y su productividad es tremendamente estrecha. Así ¿qué posición de relevancia tiene la estima y el respeto como personas en tu empresa?¿y el reconocimiento del trabajo realizado? ¿y la pertenencia grupal?, en definitiva ¿estamos listos para crecer o aún no”
Parece pues que no es el dinero la principal motivación a la hora de mejorar la productividad en el trabajo. De nuevo aparece ese “hombre emocional” que necesita ser considerado en su individualidad para poder ser motivado, que no utilizado. No necesitamos jefes ni patrones, necesitamos líderes.

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