19 de noviembre de 2009

SOLO TENGO ALGUNAS PALABRAS


Sólo tengo las palabras. Sólo estas. Aunque sirvan para tan poco.
VERDADES Y MENTIRAS
No, no es cierto que las medidas más grandes sean las del universo infinito, con sus agujeros negros y sus distancias en años-luz.
No es cierto tampoco que el tiempo más grande sea el de la eternidad de los dioses, ni aun considerando sólo la existencia de uno con mayúsculas.
Tampoco es cierto que la principal amenaza que existe para el planeta de cada uno sea la del cambio climático y sus ineludibles cataclismos, terremotos e inundaciones, ni la extinción de las especies imprescindibles para la vida, ni siquiera el miedo justificado ante una guerra nuclear o ante el fin del propio mundo.
No, no es cierto que haya un asunto realmente prioritario o importante relativo al pasado o al futuro, aunque viva en el intangible presente destruyendo las mentes que lo sustentan.
Se equivoca quien piense que lo más doloroso que se puede experimentar en la vida es la pérdida irremediable de los padres, ninguna pérdida ya irreparable, ya terrible, ya carente de esperanza.
Ningún océano puede ser lo suficientemente grande y contener la suficiente cantidad de agua como para poder apagar el incendio infinito de un tipo de dolor que abrasa desde dentro sin tiempo para atenderlo, de la misma manera que ningún consuelo puede funcionar cuando apremia una incertidumbre vital a la que es necesario dar respuesta urgente; por mucho que la tristeza o el dolor o el tiempo te impidan respirar lo justo como para poder moverte hasta el mismo cauce de la esperanza.
Cuando hay que mantenerse a flote porque lo realmente importante, lo auténticamente trascendente y grande y eterno, necesita de lo más esencial y primario de nosotros mismos, de nuestra sonrisa y de nuestro cuidado, sólo del nuestro, no hay tiempo ni para el dolor ni para el desconsuelo. Aunque ambos nos inunden.
Un entrañable amigo acaba de saber que su hija de 9 años tiene un tumor cerebral del que tendrá que ser operada. Es anestesiólogo y nadie le engaña. Es padre y está aprendiendo a vivir la parte más difícil y dolorosa de serlo.
Confío y deseo de corazón que todo os vaya bien y que en poco tiempo el presente y sus bondades te devuelvan, amigo, esta felicidad que ahora parece querer resbalar por entre tus dedos. Y que esta dura experiencia que estás atravesando pase pronto y que ya en un próximo futuro venturoso sirva para acercarte más si cabe a todo lo que tú sabes que realmente importa y es eterno."
Vamos, que digo (fragmento)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sufrir una enfermedad grave de un hijo o una desgracia a éste debe ser lo más insoportable de este mundo. Espero no tener que estar nunca en esa situación, ya que no sé si tendré la entereza necesaria para afrontarlo.
Mucho apoyo a ese padre!
Saludos Javier!

FJavier dijo...

Tampoco yo sé ni puedo imaginar si podría. Espero que nunca tengamos que comprobarlo y que mi amigo vuelva cuanto antes a recuperar la normaidad en su vida.
Gracias Camino.

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