Quizá existan ocultas razones que expliquen el porqué los escarabajos fueron considerados insectos sagrados por los antiguos egipcios o que justifiquen que entraran a formar parte en la preparación de los embalsamamientos. Lo cierto es que la ciencia encuentra cada vez más motivos para aprender de ellos. Este es un sorprendente ejemplo.
Investigadores de la Universidad de Notre Dame en Estados Unidos han descubierto gracias a un escarabajo de Alaska que sobrevive a menos 60 grados centígrados una gran molécula «anticongelante» que podría proteger los tejidos biológicos de la congelación a bajas temperaturas. Los resultados del estudio se publican en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
A diferencia de los anticongelantes convencionales, que están compuestos por moléculas pequeñas y más eficaces en altas concentraciones, los anticongelantes de moléculas grandes y pesadas evitan la producción del hielo a concentraciones relativamente bajas.
Los científicos, dirigidos por Kent Walters, aislaron un anticongelante no proteínico de un escarabajo de Alaska tolerante al frío (Upis ceramboides), que puede sobrevivir a temperaturas de menos 60 grados centígrados. Hasta el momento sólo se conocían proteínas que evitaran el desarrollo del hielo. En los insectos, el anticongelante probablemente ayuda a aumentar la supervivencia a bajas temperaturas al mantener los cristales de hielo pequeños, evitando así los daños en los tejidos.
Además, las moléculas anticongelantes parecen asociadas con membranas celulares, donde podrían ayudar a evitar que el hielo fuera de las células congelara el líquido interior y evitar los daños en las membranas celulares a bajas temperaturas.
Según explican los investigadores, se han observado evidencias de grandes moléculas anticongelantes en muchas plantas, animales, bacterias y hongos, pero la mayoría de los factores responsables se desconocen. Los autores sugieren que en vez de buscar sólo proteínas, los investigadores deben ahora ampliar la búsqueda para incluir factores no proteínicos también.
Visto en ABC.ES
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2 comentarios:
Es impresionante la evolución de las especies...en el mismo planeta, pero ¿quien lo diría?
Bueno, y la pena el ritmo de extinción de muchas gracias a unos bípedos que yo me sé.
Parece que poco a poco vayamos tomando conciencia de lo mucho que necesitamos este maravilloso e imprescindible mundo que nos rodea. Y de que no somos sus dueños. Confío en que las próximas generaciones puedan disfutarlo tanto como nosotros. Gracias por tu comentario, Camino.
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