8 de febrero de 2010

STEVE McCURRY



Nacido en Philadelphia en 1.950, McCurry está considerado uno de los mejores fotógrafos del mundo.
En 1.984 fue ganador del premio al mejor fotógrafo por la Asociación de Fotógrafos de Prensa.

Autor de varios libros, destacan:

The Path to Buddha: A Tibetan Pilgrimage Phaidon Press Limited, 2003
Sanctuary Phaidon Press Limited, 2002
South Southeast Phaidon Press Limited, 2000
Monsoon Thames and Hudson, 1995
Portraits Phaidon Press Limited, 1999
The Imperial Way Houghton-Mifflin Company, 1985

Colaborador habitual de National Geographic y de numerosas publicaciones fotográficas, el reconocimiento le llegó de la mano de la que fue su mejor fotografía.

Fue en 1984 cuando realizó la toma: el rostro de una muchacha afgana en el campamento de refugiados de Nasir Bagh en Peshawar (Pakistán).
Los ojos de la chica dieron la vuelta al mundo en la que fue la portada más sonada de National Geographic.

Diecisiete años después, McCurry quiso averiguar qué había sido de la chica, de la que no conocía ni su nombre, por lo que decidió volver a la región fronteriza entre Afganistán y Pakistán .
Era su última oportunidad de localizarla, pues el campamento de refugiados sería cerrado.
Para identificar con seguridad a la chica en caso de encontrarla se ha procedió a escanear el iris de sus ojos a partir de la fotografía.

Acompañado en su búsqueda por Rahimullah, un importante periodista del país, sólo obtenía falsas pistas, mujeres con un sorprendente parecido físico, rumores de que falleció a los trece años de edad a causa del parto de su primer hijo, ...
Desalentado regresa a Estados Unidos, aunque dejando a Rahimullah continuar con la búsqueda.

Rahimullah encuentra a un hombre que asegura ser el hermano de la muchacha de la foto, así que junto a Boyd Matson, compañero de McCurry, se presentaron en su casa.
Afortunadamente lograron obtener el permiso del marido y de sus tres hermanos para hablar con ella y verla, pero con el rostro oculto tras un velo.

Ya sabían su nombre: Sharbat Gula.

La periodista Carrie Regan, encargada de hablar con ella y hacerle unas fotos, dijo de su entrevista con la refugiada que pertenecía a la etnia pastún, casada y con tres hijas. Se desconocía su año de nacimiento, pero calculaba que tenía alrededor de 30 años.

Finalmente, tras la autentificación del iris e investigaciones del FBI, se llega a la conclusión que se trata de la misma persona, por lo que Steve McCurry se desplazó inmediatamente a Pakistán, donde se produjo el encuentro entre ambos.

Autorizado a volver a fotografiarla, las nuevas imágenes de Sharbat muestran el deterioro causado por el paso del tiempo debidas a la marginación propia de su sexo y las penalidades de ser una refugiada.



Texto de FOTOLIA, imágnes de la página del artista.

5 comentarios:

Berni dijo...

Estupendas fotografías.
Creo que los ojos de aquella muchacha afgana son los más bonitos que he visto nunca, pero, a la vez, muy tristes.
No me extraña que el fotógrafo quedara "hechizado" por esa mirada y quisiera buscarla años después.
La foto de esa niña convertida ya en una mujer es alucinante. Lo que pueden cambiar las personas según la vida que hayan llevado...

pepa mas gisbert dijo...

No molestan las arrugas en la cara de alguien que ha vivido, molestan las causadas por la miseria, la guerra y la intolerancia.

Estupenda crónica

Anónimo dijo...

Yo vi la foto de la niña afgana y la de la niña afgana convertida en mujer. Me impactaron ambas, los ojos inocentes de la niña, y una mirada de hielo de la mujer afgana.
Te agradezco Javier, que solo hayas puesto la foto de la niña, y no la de la mujer...aunque me alucina pensar que solo tenia 30 años, parecia que tuviera 50.

FJavier dijo...

Lo que podemos cambiar las personas a fuerza de vivir, Berni. Pero tienes razón, en esta niña fue especialmente llamativo, puede que por la inusual belleza de su mirada.

Sin duda, Alma, lo peor son las huellas del sufrimiento. Aunque las arrugas del mal genio también afean muchísimo. ;)

Ya sabes, Anónimo, que su esperanza de vida es más corta, posiblemente equiparable a la que tú mencionas.

Abraham Monterrosas Vigueras dijo...

Qué magia la que habita en el mundo de la fotografía, no crees??

Un instante destinado a vivir un segundo se convierte en un momento visual imborrable, contador de historias e ilustrador de símbolos.

Gracias por mostrar en este espacio el milagro de la fotografía.

Saludos desde México

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