"Vivimos en la permanente contradicción de experimentar la realidad de la incertidumbre, y la creencia de que todavía podemos elegir el destino de nuestras vidas y el de nuestras organizaciones".
Ralph D. Stacey
Chema Madoz |
Aquí el aire está frío, el cielo gris y el suelo lleno de hojas secas y húmedas. Las horas de luz se han vuelto cada vez más escasas y los insidiosos virus se adueñan de la rutina. El reciente cambio de hora tampoco ayuda mucho, así que, a poco que te descuides, se te escapa el día sin apenas darte cuenta. Es otoño.
Béla Kádár |
En esta época me gusta rodear con las dos manos una taza caliente, sentir su reconfortante calidez y soñar así con ese magnífico sol que sin duda se esconde detrás de las nubes, como si estuviera mirando por la ventanilla de un avión. Allá arriba. No puedo, me digo, limitarme a lo evidente si no quiero sucumbir bajo el peso liviano de una simple hoja caduca.
Egon Schiele |
El panorama, insisto, no está mucho mejor a nivel de lo puramente humano. Noticias grises y palabras frías para dibujar un presente que augura un largo invierno de penosas incertidumbres. Y para colmo, elecciones. Tediosa campaña electoral que deja caer sobre las cabezas innumerables hojas de un otoñal dislate político. Estas nada livianas por cierto.
Maurice de Vlaminck |
Pero si para el frío utilizo el antídoto del calor de una taza y para la oscuridad la imagen de un magnífico sol oculto, para el ámbito de la calamidad humana tengo también algunos eficaces revulsivos que me permiten seguir andando el camino sin necesidad de esconder la cabeza. Creo que es buen momento para compartirlo.
Pierre Bonnard |
Acudo a visitar a personas como José, individuos llenos de estimulante talento que son capaces de mirar con otros ojos y contagiar. Por encima de la insidiosa negritud.
1.- Abandona tu “zona de confort”. Porque es hora de cambiar.
2.- Crea tiempo para explorar el futuro. Porque hay Cisnes Negros.
3.- Abandona tu sitio funcional. Porque compartir crea valor.
4.- Prepárate para la transparencia. Porque acabarán encontrándote.
5.- Participa en las conversaciones. Porque, hoy, liderar es conversar.
6.- Desarrolla tus comunidades. Porque la respuesta ha de ser colectiva.
7.- Reinventa las relaciones con tus clientes. Porque no compran productos sino experiencias.
8.- Busca un equilibrio entre la jerarquía y la redarquía. Porque no hay colaboración sin confianza.
9.- Haz de la innovación un trabajo de todos. Porque los líderes no tienen las respuestas.
10.- Comienza por ti mismo. Porque si quieres que el cambio se produzca, debes ser el primero en cambiar.”
Por supuesto él habla de empresa, pero yo lo extrapolo a otro tipo de organizaciones porque a fin de cuentas ¿el vivir no es la empresa más importante?
Pero mejor os muestro a José Cabrera para que saquéis vuestras propias conclusiones.
Hay otras, pero eso queda para otro día...
7 comentarios:
Me gusta, lo había leído y como tu pienso que la vida, la cotidianidad diaria que nos envuelve es la empresa más importante
Ah! mi me encanta el otoño aunque me cuesta cogerle el ritmo
Un beso calentito :))
Conozco a alguien que dice, que las estaciones son imprescindibles, sino sería demasiada monotonía; yo creo que todas nos aportan grandes cosas.
Efectivamente el vivir es la empresa más importante, y lo que nos cuesta hacerlo medianamente bien, para disfrutar de la vida.
El decálogo:
1º Estoy en ello
2º Voy de camino
3ºLo intento
4º Me gustaría seguir ocult@, soy así
5ª No me interesa liderar, sí conversar
Y voy al 10º , hace tiempo que intento comenzar el cambio por mí mismo, aunque no siempre me resulta fácil.
Hermosísima la foto de la hoja caída la hoja caída, es de una gran belleza, sola, sencilla y grande.
Un saludo.
Azul
Por aquí ocurren casi las mismas cosas. Tal vez caigan menos hojas, porque se quemaron entre la indiferencia de las gentes y de los gobiernos. Los virus, en lugar de con calditos y mimos, se previenen con vacunas y se curan con química; la vida se semeja a una empresa desde el momento en que eliges voluntariamente a tus socios y rellenas con esmero la cesta de Navidad. Y por aquí, en lugar de un caldito, que eso es lo habitual, nos calentamos con un excelente Marqués de Griñon de ahí, equilibrado, de elegantes frutas rojas, recuerdos a grosella y a moras silvestres, ligero y voluptuoso.
En cuanto al griterío de las elecciones, llega aquí también.
¿Pero es que no podían desahogarse sin meter tamaña bulla, esos malditos?
Y es que "el sol, siempre está!"...sólo es cuestión de mirar más allá de las nubes!
Me copio el decálogo de tips optimistas y me quedo escuchando a José.
Un abrazo.
Flipante la foto de la hoja roja. El otoño es bonito, es el rígido entorno el que no se amolda y mutila la información que necesitan nuestros sentidos para disfrutarlo. Mierda de ciudad.
Beso
Javier, acá en Bogotá estamos pasando por nuestro tropical invierno, que consiste en lluvias torrenciales y temperaturas muy bajas (para los promedios de la zona, claro). Seguiré esta iniciativa para apropiarme de este periodo, que a algunos nos ha agarrado desprevenidos.
Un abrazo.
Estoy de acuerdo contigo, hay que ver más allá de lo que nuestros humildes ojos humanos pueden...hay que soñar.
Me quedo con el deleite de tu elección artística, es fantástica.
Gracias por compartir,
Saludos.
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