2 de diciembre de 2011

CARBÓN DE LEÑA SOBRE MADERA


Kees van Dongen - La Penseuse 1907


Cuando la verdad o la mentira son capaces de simularse recíprocamente incrementan infinito su atractivo, en comparación a cuando se muestran en la simplicidad de su desnuda naturaleza. Los periodistas lo saben; y los políticos también. Sin embargo, la seducción que surge en la relación de tales acontecimientos no es atribuible en exclusiva al juego que permite su cualidad de excluyentes. Otros acontecimientos aparentemente ajenos pueden sufrir un efecto similar al ser relacionados entre sí sin que entre ellos medie sospecha alguna de proximidad en el diccionario. Por ejemplo, el orden al que pueden verse sometidos el grafito y la madera cuando responden a cierto talento creativo. Creo que hablo de algún tipo de acontecimiento estético. Reparé en ello observando la anarquía de mi escritorio: 

“Prevalece la multiplicación sobre la suma en el álgebra que habita mi mesa, allí donde el caos de un universo de madera y grafito crece y evoluciona. Leña de carbón en láminas de piel de progresivo ocre, hojas que se amontonan haciendo confluir sus confidencias -borrosos vestigios de lo que fuera una idea-, como en un remake otoñal, mientras esperan su turno para ser clasificadas o barridas, redimidas o enterradas. Entre tanto desespero, ciertos días, cuando la fuerza de la gravedad trastorna su equilibrio improbable, cambian de posición caprichosamente mutando el paisaje de su testimonio y haciéndolo, si cabe, progresivamente más canalla. Es su orden, el mío. 

En cambio, otros, como Fernando Vicente, imponen el orden de su propia geometría plana para transmitir el talento con manchas sobre la blanca madera, escalas de grises de negro carbón de leña, al igual que aquellos otros que decidieron llenarlo de símbolos, finalmente para satisfacción y regocijo de algunas sustancias grises. Haciéndolos coincidir se incrementan recíprocamente el atractivo, que ya se adivinaba inherente a su propio orden, como en una gestación verosímil.”









Adolfo Bioy Casares 





"Después de que almorzaran en un restaurante de la calle Guido fue a dormir la siesta con su novia Margarita, en casa de ella. Esa tarde, parecida a tantas otras en que Margarita durmió entre sus brazos, de algún modo fue excepcional: jamás como entonces Javier Almagro tuvo la convicción de que Margarita se le entregaba tan enteramente. Por algo se dice que para todo, en este mundo, hay un término. A las cuatro y media de la tarde, puntualmente, se levantaron, se vistieron y cada cual partió a sus obligaciones: ella, a dar el último examen de la carrera de astronauta; Almagro, a la redacción del diario en que trabajaba." 

De un mundo a otro (fragmento) 




"Esa noche de junio de 1540, en la cámara de la torre, el doctor Fausto recorría los anaqueles de su numerosa biblioteca. Se detenía aquí y allá; tomaba un volumen, lo hojeaba nerviosamente, volvía a dejarlo. Por fin escogió los Memorabilia de Jenofonte. Colocó el libro en el atril y se dispuso a leer. Miró hacia la ventana. Algo se había estremecido afuera. Fausto dijo en voz baja: "Un golpe de viento en el bosque". Se levantó, apartó bruscamente la cortina. Vio la noche, que los árboles agrandaban. Debajo de la mesa dormía Señor. La inocente respiración del perro afirmaba, tranquila y persuasiva como un amanecer, la realidad del mundo. Fausto pensó en el infierno. Veinticuatro años antes, a cambio de un invencible poder mágico, había vendido su alma al Diablo. Los años habían corrido con celeridad. El plazo expiraba a medianoche."

Las Vísperas de Fausto (fragmento) 





Albert Camus 



"Fue en España donde mi generación aprendió que uno puede tener razón y ser derrotado, que la fuerza puede destruir el alma, y que a veces el coraje no obtiene recompensa" 




"El Mediterráneo tiene un sentido trágico solar, que no es el mismo que el de las brumas. Ciertos atardeceres-- en el mar, al pie de las montañas--, cae la noche sobre la curva perfecta de una pequeña bahía y, desde las aguas silenciosas, sube entonces una plenitud angustiada. En esos lugares se puede comprender que si los griegos han tocado al desesperación ha sido siempre a través de la belleza y de lo que ésta tiene de opresivo. En esa dorada desdicha culmina la tragedia. Nuestra época, por el contrario, ha alimentado su desesperación en la fealdad y en las convulsiones. Y por esa razón, Europa sería innoble, si el dolor pudiera serlo alguna vez." 

El exilio de Helena (fragmento) 




Julio Cortázar 



Poema, de Último round

"Te amo por ceja, por cabello, te debato en corredores 
blanquísimos donde se juegan las fuentes de la luz, 
te discuto a cada nombre, te arranco con delicadeza de cicatriz, 
voy poniéndote en el pelo cenizas de relámpago y 
cintas que dormían en la lluvia. 
No quiero que tengas una forma, que seas 
precisamente lo que viene detrás de tu mano, 
porque el agua, considera el agua, y los leones 
cuando se disuelven en el azúcar de la fábula, 
y los gestos, esa arquitectura de la nada, 
encendiendo sus lámparas a mitad del encuentro. 
Todo mañana es la pizarra donde te invento y te dibujo, 
pronto a borrarte, así no eres, ni tampoco con ese 
pelo lacio, esa sonrisa. 
Busco tu suma, el borde de la copa donde el vino 
es también la luna y el espejo, 
busco esa línea que hace temblar a un hombre en 
una galería de museo. 
Además te quiero, y hace tiempo y frío." 




Rayuela (fragmento)

"Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.” 





André Gide 



Los alimentos terrestres (fragmento)

"Yo viví en la dulce y perpetua espera del azar. Comprendí que la sed de disfrutar que nace en cada momento de voluptuosidad, se anticipa al gozo, de la misma manera como existen respuestas listas para cualquier pregunta. Fui feliz cuando las fuentes de agua me revelaron que tenía sed, y cuando estando en pleno desierto (donde la sed no se puede saciar), preferí, a pesar de todo, la fuerza febril que me inspiraba el furor del sol." 




"Hay que haber vivido un poco para comprender que todo lo que se persigue en esta vida sólo se consigue arriesgando a veces lo que más se ama." 





James Joyce 



Ella llora sobre Rahoon

"Dulce cae la lluvia sobre Rahoon
dulcemente cayendo donde mi opaco amante descansa
triste es su voz que me llama
tristemente llamándome cuando gris asciende la luna.
Amor escucha aún suave
cuán triste su voz siempre me llama
siempre sin respuesta
mientras la lluvia cae
ahora como entonces.
Oscuros también nuestros corazones
oh amor descansarán y se quedarán fríos
como su triste corazón descansa
bajo las ortigas que grises hace la luna
bajo la negra tierra
y la lluvia que murmura." 




Un triste caso (fragmento) de Dublineses

"El señor Duffy aborrecía todo lo que participara del desorden mental o físico. Un médico medieval lo habría tildado de saturnino. Su cara, que era el libro abierto de su vida, tenía el tinte cobrizo de las calles de Dublín. En su cabeza larga y bastante grande crecía un pelo seco y negro y un bigote leonado que no cubría del todo una boca nada amable. Sus pómulos le daban a su cara un aire duro; pero no había nada duro en sus ojos que, mirando el mundo por debajo de unas cejas leoninas, daban la impresión de un hombre siempre dispuesto a saludar en el prójimo un instinto redimible pero decepcionado a menudo. Vivía a cierta distancia de su cuerpo, observando sus propios actos con mirada furtiva y escéptica. Poseía un extraño hábito autobiográfico que lo llevaba a componer mentalmente una breve oración sobre sí mismo, con el sujeto en tercera persona y el predicado en tiempo pretérito. Nunca daba limosnas y caminaba erguido, llevando un robusto bastón de avellano." 



Franz Kafka 



La metamorfosis (fragmento)

"Cuando Gregorio Samsa despertó aquella mañana, luego de un sueño agitado, se encontró en su cama convertido en un insecto monstruoso. Estaba echado sobre el quitinoso caparazón de su espalda, y al levantar un poco la cabeza, vio la figura convexa de su vientre oscuro, surcado por curvadas durezas, cuya prominencia apenas si podía aguantar la colcha, visiblemente a punto de escurrirse hasta el suelo. Innumerables patas, lamentablemente escuálidas en comparación con el grosor ordinario de sus piernas, ofrecían a sus ojos el espectáculo de una agitación sin consistencia."




"Los cuervos afirman que un sólo cuervo podría destruir los cielos. Indudablemente, es así, pero el hecho no prueba nada contra los cielos, porque los cielos no significan otra cosa que la imposibilidad de cuervos." 





Fernando Pessoa 


Dónde está Dios, aunque no exista

"¿Dónde está Dios, aunque no exista? Quiero rezar y llorar, arrepentirme de crímenes que no he cometido, disfrutar de ser perdonado por una caricia no propiamente maternal. Un regazo para llorar, pero un regazo enorme, sin forma, espacioso como una noche de verano, y sin embargo cercano, caliente, femenino, al lado de cualquier fuego… Poder llorar allí cosas impensables, faltas que no sé cuáles son, ternuras de cosas inexistentes, y grandes dudas crispadas de no sé qué futuro…Una infancia nueva, un ama vieja otra vez, y una cama pequeña donde acabe por dormirme, entre cuentos que arrullan, mal oídos, con una atención que se pone tibia, de rayos que penetraban en jóvenes cabellos rubios como el trigo… Y todo esto muy grande, muy eterno, definitivo para siempre, de la estatura única de Dios, allá en el fondo triste y somnoliento de la realidad última de las cosas…” 




Lo que se ha perdido

"Lo que se ha perdido, lo que se debería haber perdido,
lo que se ha conseguido y ha satisfecho por error,
lo que amamos y perdimos y, después de perderlo, vimos,
amándolo por haberlo tenido, que no lo habíamos amado;
lo que creíamos que pensábamos cuando sentíamos;
lo que era un recuerdo y creíamos que era una emoción;
y el mar en todo, llegando allá, rumoroso y fresco,
del gran fondo de toda la noche, a agitarse fino en la playa,
en el decurso nocturno de mi paseo a la orilla del mar." 





Marcel Proust 



Los placeres y los días (fragmento)

"Como la naturaleza, la inteligencia tiene sus espectáculos. Nunca las auroras, nunca los claros de luna que me han hecho delirar tan a menudo hasta las lágrimas, han sobrepasado para mí en apasionada ternura ese amplio incendio melancólico que durante los paseos del final del día, matiza tantas aguas en nuestra alma, que el sol cuando se pone, hace brillar en el mar. Entonces precipitamos nuestros pasos en la noche. Más que un jinete al que aturde y embriaga la velocidad creciente de un animal adorado, nos entregamos temblando de confianza y alegría a los pensamientos tumultuosos a los que, cuanto más los poseemos y los dirigimos, sentimos pertenecer cada vez más irresistiblemente."









Virginia Woolf 


Orlando (fragmento)

"Habiendo interrogado al hombre y al pájaro y a los insectos (porque los peces, cuentan los hombres que para oírlos hablar han vivido años su soledad de verdes cavernas, nunca, nunca lo dicen, y tal vez lo saben por eso mismo), habiendo interrogado a todos ellos sin volvernos más sabios, sino más viejos y más fríos -porque ¿no hemos, acaso, implorado el don de aprisionar en un libro algo tan raro y tan extraño, que uno estuviera listo a jurar que era el sentido de la vida?- fuerza es retroceder y decir directamente al lector que espera, todo trémulo, escuchar qué cosa es la vida: ¡ay! no lo sabemos." 





Las olas (fragmento)

"El sol no había nacido todavía. Hubiera sido imposible distinguir el mar del cielo, excepto por los mil pliegues ligeros de las ondas que le hacían semejarse a una tela arrugada. Poco a poco, a medida que una palidez se extendía por el cielo, una franja sombría separó en el horizonte al cielo del mar, y la inmensa tela gris se rayó con grandes líneas que se movían debajo de su superficie, siguiéndose una a otra persiguiéndose en un ritmo sin fin.” 

7 comentarios:

José Alfonso Romero P.Seguín dijo...

Lo has conseguido amigo, has logrado que imagine la necesidad de entonar un largo silencio. Y lo hago. Te cuento, la tarea se antoja imposible, mis palabras gritan, y ante el bello y necesario susurro de tantas palabras esenciales, limpias y prodigiosas no puedo sino buscar modular su estridencia ya que la metáfora me está vedad.
La música del silencio se vierte en torno a mí, debería cejar en el vano intento de explicarlo, pero la tentación está ahí, la siento aletear gozosa en algún lugar indeterminado de mi inconsciencia.
Escribir es de todas las arquitecturas la que más se parece al hombre. Es más, me atrevería a afirmar que es su geometría, la única capaz de explicarlo en todos los órdenes sin ordenarlo en ninguno.
La belleza y la inteligencia adornan tu cuaderno, y de esa feliz conjugación nace este silencio escrito por las dos caras, que busco mostrarte de canto, para hacerme entender, para que me entiendas.
Recibe un fraternal abrazo.

Diana H. dijo...

Sintonizo con vos, Javier, en la distancia, al compartir tanta sabiduría y belleza de palabras.
Un abrazo.

César dijo...

Palabras mayores, F.Javier. Todas las leídas en esta entrada y sus comentarios. Ante ellas, he de quedarme mudo, tal como me corresponde. Recibe las mías tan sólo como testimonio de que he compartido las tuyas.

Anónimo dijo...

Se nos olvida a diario, inmersos en el materialismo que nos movemos, lo mas importante, nuestra alma, alimentarla, enriquecerla con matices de poesía musical, adormecer nuestros sentidos, soñar en nuestros sueños, evadirmos de este mundo para volar al mundo de la belleza, la inteligencia, la sabiduría y el amor. Precioso todo lo escogido Javier y todos los comentarios.
Un abrazo
María de la Cal

Ardilla Viajera dijo...

Me ha encantado, la selección, las caricaturas en blanco y negro... los autores... cada vez que pasaba a uno decía: wow! Gracias, me dieron ganas de leer a James Joyce... y... a todos.... Un abrazoo

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Si uno se pone a pensar todas las combinaciones -improbables y de las otras- que se fueron entretejiendo para posibilitar que un/a escritor/a diera a luz un trascendente párrafo digno de sobrepasar las barreras del tiempo y su época, uno no puede más que confirmar lo maravilloso del acontecimiento -aún antes de lo que podríamos considerar proceso creativo específicamente-.

Un abrazo.

E. C. Pedro dijo...

Javier, me vuelvo a sorprender con la belleza del texto de los cuervos. Es como la de un diamante: bastante geometría pero fulgurante.

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