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Cuando bailaba la rumba movía sus caderas con una ingravidez inusual. Deliberadamente. Hasta su falda intentaba inútilmente seguirlas. Su sonrisa de dientes generosos inundaba el aire y el sudor en su piel morena y lisa le hacía brillar intensamente en cada giro. Revelaba un tipo de intencionalidad rítmica entre canalla y angelical, un tipo de magia capaz de enamorar a cualquiera. Sin embargo, desde el primer instante, lo que le sedujo a él fue la sensualidad de sus movimientos a ritmo de bolero, la cintura en la mano y sus brazos resbalando por el cuello. Así aprendió a bailar con ella. Así fue hechizado.
Para los amantes de las nubes suele ser muy fácil identificar en ellas la presencia de formas reconocibles. Es un juego adictivo. Para los enamorados de una bailarina lo es identificar una melodía en cada uno de sus movimientos cotidianos. En este tipo de mirada proclive a la fantasía él aprendió a jugar con ella y consigo mismo.
Quizá la fuerza de aquella atracción se hubiera podido templar con la rutina de las horas y los días, si ambos hubieran estado juntos. Quizá la fascinación habría podido contagiarse de suficiente realidad como para alimentar otro tipo de sueños. Pero las ausencias insoportables y frecuentes, las distancias y los destiempos, no hacían sino incrementar el consuelo que encontraba en la ficción.
Por eso quizá, cuando estaba con ella y la idea de su partida se le hacía insoportable, recurría a un juego secreto y solitario. Al oír sus pasos del otro lado de la puerta intentaba imaginar que ya no estaba, que hacía tiempo que se había marchado y que aquellos sonidos los estaba evocando él mismo al recordarla. Su corazón creía que de esta manera sería más fácil para su memoria recuperarla de verdad cuando ya no se encontrase tras aquella puerta.
La artimaña nunca logró el objetivo deseado, pero sí que consiguió entretenerle placenteramente en interminables órbitas alrededor de ella y sus recuerdos. Y confundirle.
Con todo, combinar percepción y deseo a voluntad es un juego que no resulta inofensivo. El desconcierto engendra una inercia extraña donde las certezas se desvanecen adquiriendo vida propia, independiente de la realidad y ajena a cualquier tipo de control. Si el amor por sí mismo ya es loco, en este caso la locura toma categoría de sentimiento y cualquier desenlace es posible. Pero por desgracia no tengo constancia del verdadero final de esta historia. En los datos que recojo se mezclan y confunden cada vez más los dos mundos hasta llegar a hacerse irreconocibles.
Por eso prefiero pensar que por suerte para él todo terminó en un bolero. Extraviado en un bolero y solo.
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" Te amo por ceja, por cabello, te debato en corredores
blanquísimos donde se juegan las fuentes de la luz,
te discuto a cada nombre, te arranco con delicadeza de cicatriz,
voy poniéndote en el pelo cenizas de relámpago y
cintas que dormían en la lluvia.
No quiero que tengas una forma, que seas
precisamente lo que viene detrás de tu mano,
porque el agua, considera el agua, y los leones
cuando se disuelven en el azúcar de la fábula,
y los gestos, esa arquitectura de la nada,
encendiendo sus lámparas a mitad del encuentro.
Todo mañana es la pizarra donde te invento y te dibujo,
pronto a borrarte, así no eres, ni tampoco con ese
pelo lacio, esa sonrisa.
Busco tu suma, el borde de la copa donde el vino
es también la luna y el espejo,
busco esa línea que hace temblar a un hombre en
una galería de museo.
Además te quiero, y hace tiempo y frío. "
Julio Cortázar
Poema, de Último round
8 comentarios:
Bailar. ..., controlar cada músculo y lanzarlo a la felicidad. La vida es un baile; de rock, salsa, bolero...
Junto a él perdí el miedo a bailar y comencé a disfrutar cada paso. El artífice de mi felicidad.
Besos a son de bolero.
El amor es mas sentido a ritmo de bolero, la música que nos despierta el alma, recorre nuestras venas y pone nuestro cuerpo en movimiento y la letra que nos arrulla el corazón y todo lo transtorna. Javier es usted un mago encontrando siempre lo que no nos deja indiferentes. Espero que termine de pasar un buen verano. Siempre encuentro cosas enriquecedoras en su bloc y por que no decirlo que también acercan a las estrellas.
¡Genial!!!! Un abrazo.
María de la Cal
"Blog" no bloc. Disculpas.
María de la Cal
Bailar,expresión de forma sensual a través del movimiento de,caderas,pies,piernas, brazos,manos,cabeza, el cuerpo gira al ritmo de la música.
Bailar hace sentir bien,libera endorfinas.
Nadie puede bailar estando enojado.
Me encanta bailar, aunque hace tiempo que no bailo.
Como siempre hermosas y únocas entradas.
Mi agradecimiento y admiración.
Nube
Bolero o rumba, danzón, rock, tango, o ballet, el baile es hacer florecer la vida del alma en el cuerpo.
Gracias por el poema.
Saludos y feliz semana.
FJavier, alimentas nuestra alma con el alma de esas cosas que nacen de ella, que le son comunes, que la llenan de ritmo lejos de la inmóvil imprecisión que somos aun cuando nos movemos enloquecidos.
Lo que distingue a la danza del cotidiano danzar es que en ella se expresa el alma cercana y confiada como en ninguna otra disciplina del arte.
Amigo, resulta impagable visitar tu blog y atado a la leve cintura de su sensible talle bailar las penas y también las alegrías.
Gracias.
Un fraternal abrazo.
¡Echo tanto de menos pasar por esta su casa y no encontrarlo! Sé que es requerido en otro muchos ámbitos, pero en este el suyo, lo esperamos.
Mi agradecimiento y admiración.
Nube
Me pasa lo mismo, que también le echo de menos en este ámbito.
y también mi agradecimiento y admiración.
María de la Cal
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