7 de diciembre de 2016

DESADUEÑÁNDOME

Traducirse
" Una parte de mí
es todo el mundo:
otra parte es nadie:
fondo sin fondo.
 
Una parte de mí
es multitud:
otra parte extrañeza
y soledad.
 
Una parte de mí
pesa, pondera:
otra parte
delira.
 
Una parte de mí
almuerza y cena:
otra parte
se espanta.
 
Una parte de mí
es permanente:
otra parte
se sabe de repente.
 
Una parte de mí
es sólo vértigo:
otra parte,
lenguaje.
 
Traducir una parte 
en la otra parte 
que es una cuestión 
de vida o muerte –¿será arte? "

Ferreira Gullar
(Brasil, 1930-2016)




















"Mientras está vivo, el amor está siempre al borde de la derrota".
Zygmunt Bauman




"
Fue la primera inmersión del día, aún de noche. Me lancé de espaldas y regresé bruscamente a la superficie girando sobre mí mismo mientras la oscuridad se desvanecía. Alta mar, marejada, frío, unos instantes desorientado. Las gafas se empañaron desdibujando la piel plateada del océano y el plomizo cielo. Las retiré para limpiarlas mientras me recuperaba de esa primera impresión que provoca el agua fría en la cara. Entonces sentí una luz a mi espalda y me giré. Eran los primeros rayos de sol en el horizonte, apareciendo y desapareciendo tras cada ola, un amanecer que me pareció ardiente, las crestas llenándose de brillos rojos y mi piel de un calor casi humano.

Así he despertado hoy, con la necesidad urgente de levantarme de este sueño para escribirte y, por primera vez, he podido alejarme de tu lado mientras dormías sin sentirme culpable. Ahora, aquí, frente al ordenador, quiero decirte algo, aunque no sé bien qué, porque todo cuanto ya te he dicho me parece insuficiente. Pero no encuentro palabras, me domina la urgencia por sumergirme en esta agua fría de tu ausencia, por estremecerme lejos de tu cama y extrañarte allí donde se confunden el día y la noche y se dibuja el horizonte luminoso donde fui capaz de presentirte mucho antes de que estrenaras esa camisa verde con la que apareciste en mi vida.

Como ya me ha sucedido antes otras veces, recuerdo haberme detenido un momento en la superficie para tomar conciencia de la fugacidad de tal belleza, de la grandiosidad del espectáculo que estaba presenciando y la generosidad de una naturaleza que se entregaba sin ningún reparo ni condición. Era afortunado. Soy afortunado.

Hoy, en esta época de mi vida con sabor a presentimiento y olor a jardín otoñal, siento que debo desadueñarme de todo lo que he guardado como si fuera mi tesoro escondido y corresponder a la generosidad de cuanto me rodea. Por eso te devuelvo a la libertad de no sentirte mía. Aunque nunca lo hayas sido. Aunque lo hayas sido siempre.

Volveré a tu lado ahora, de nuevo, y te abrazaré en tu sueño con una ternura limpia, sintiendo el regalo de tu calor y aguardaré paciente flotando en tu piel, como en aquel rayo de sol cálido, el momento en que te transformes en día.

"





5 comentarios:

Diana H. dijo...

Muy bonita entrada, todo lo que la compone. Me gusta recorrer a veces los blogs amigos y disfrutar del momento que ofrecen, su pausa, la intimidad de un pensamiento tan único e irrepetible como cada ser humano. La gente va perdiendo el gusto por los blogs. El mundo corre demasiado de prisa y se pierde estas cosas. Saludos!

FJavier dijo...

Gracias, Diana. Por tus palabras y tu serenidad contagiosa. Un abrazo.

Berni dijo...

Los entendidos dicen que el desapego es la clave de la felicidad y que lo único que permanece constante es el cambio, siendo vital la capacidad de adaptación ante devenir de las cosas, lo que determinaría nuestra propia supervivencia. Supervivencia emocional, en este caso...
Totalmente de acuerdo con lo relativo a la constancia, pero no estoy del todo segura de lo primero, pues somos lo que somos gracias a lo que hemos vivido... Quizá mi naturaleza nostálgica sea el principal punto de resistencia ante tal afirmación... En cualquier caso, buen consejo el de James Bay, let it go, ante determinados sentimientos y experiencias vitales... airear, dejar las cenizas caer, olvidar, y ser uno mismo... Creo que la clave es simplificar, los humanos tendemos a complicar casi todo lo que hacemos, solemos enredarnos y perdernos en nuestros propios laberintos, impidiéndonos diafrutar del presente y de lo que tenemos...
Me alegra enormemente entrar y descubrir tus maravillosas reflexiones, ver que sigues fiel a ese estilo tan personal y delicado que te caracteriza y con el que disfrutamos enormemente aquellos que te seguimos, aunque sea ocasionalmente. Que sepas que voy a pedir a Papá Noel más entradas en Ámbitos Propios para el 2017, a ver si hay suerte...jeje...
Aprovecho la ocasión para desearte lo mejor, Salud, Alegría y Felicidad con o sin apego, para ti y los tuyos, así como para todos los amigos de tu blog. Es un placer encontrarnos en este espacio.
Un abrazo muy fuerte, Javier.
Berni



LaCuarent dijo...

Volver a disfrutar del talento de gente como tu es uno de mis propósitos de año nuevo
Un beso

Anónimo dijo...

Estupenda entrada, este blog no defrauda. Es una suerte poder participar de estos relatos que alimentan el espíritu.
Desadueñate, desapégate, se feliz te lo mereces.
������

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