Ante tal avalancha de buenos deseos por el año nuevo se hace casi imposible no sufrir una sobredosis de expectativas. Esto me genera casi inconscientemente un incremento de la inquietud. Los psicólogos saben el porqué.
Creo que puede ser útil reparar un momento en ello.
Es un proceso similar al que he vivido este último año en varias ocasiones, que posiblemente también os haya afectado a vosotros, ante situaciones cargadas de expectativas y generadoras de inquietud.
Ejemplos autorreferenciales:
Reflexionar sobre la manera en la que nos afectan las expectativas, las sobredosis de opciones, la inquietud y frustración que puede generarnos, etc., es reflexionar sobre los efectos de la capacidad para elegir, de la libertad, la satisfacción personal y, en suma, de la felicidad.
Pero mejor que yo lo explica en este video el psicólogo Barry Schwartz en TED: “Sobre la paradoja de elegir”. Según su estimación elegir no nos ha hecho más libres sino más paralizados, no más felices sino más insatisfechos. (Marcar subtítulos)
(Es un mecanismo que me parece similar, me digo, al que, generándonos impotencia, nos lleva a la apatía y frustración frente a las grandes catástrofes y desgracias que nos rodean.)
Creo que puede ser útil reparar un momento en ello.
Es un proceso similar al que he vivido este último año en varias ocasiones, que posiblemente también os haya afectado a vosotros, ante situaciones cargadas de expectativas y generadoras de inquietud.
Ejemplos autorreferenciales:
- He dejado de ir a desayunar a una cafetería donde el camarero te hacía innumerables preguntas cuando le pedías el café; ¿con leche, sólo, cortado?, ¿en vaso o en taza?, ¿con cafeína o descafeinado?, ¿con leche desnatada o normal?, ¿templado o caliente?, etc. haciendo complicado algo tan sencillo y llevándote a la frustración si, además, el resultado no era el esperado.
- Últimamente en Madrid cuando subes a un taxi este siempre te pregunta ¿por dónde quiere que le lleve? Como si yo tuviera que conocer mejor que él las calles o el tráfico y debiera de asumir ineludiblemente las consecuencias de una mala “carrera”.
- Innumerables llamadas de las compañías telefónicas ofreciéndote ofertas de variados teléfonos y de innumerables tipos de contrato ante los que es casi imposible hacerse una idea precisa antes de tomar la decisión. Máxime cuando ni siquiera nos habíamos planteado cambiar.
- Etc., etc.
Pero mejor que yo lo explica en este video el psicólogo Barry Schwartz en TED: “Sobre la paradoja de elegir”. Según su estimación elegir no nos ha hecho más libres sino más paralizados, no más felices sino más insatisfechos. (Marcar subtítulos)
(Es un mecanismo que me parece similar, me digo, al que, generándonos impotencia, nos lleva a la apatía y frustración frente a las grandes catástrofes y desgracias que nos rodean.)
5 comentarios:
A mi como me gusta el café solo (sonrío).
Un abrazo, la verdad es que a mi elegir no me cuesta nada y por lo que parece debo ser una privilegiada (sonrío aúna más)
A mi tampoco me cuesta ponerme espectativas..debe ser porque soy muy realista: antes de ponerme una nueva meta pienso en el tiempo del que dispongo...bueno, y lo que hago, lo hago porque me gusta, asi que mi caso no debe contar.
Algunas de las personas que trabajan en servicos públicos en su afán de ser amables a veces resultan un poco agobiantes, como la dependienta que te persigue sin dejarta elegir tranquilo etc etc.
Respecto al video,efectivamente ante un abanico de oportunidades muy amplio, en el momento de elegir siempre renunciamos a algo que muchas veces nos parece casi tan bueno como lo que hemos escogido, pero se supone que lo seleccionado tiene algo mäs atractivo y será lo que nos hará la vida más agradable. Gracias. Nube
me han gustado tus ideas....
vaya.
:)
cuídate
Es una de esas reflexiones que hacen los especialistas en algo, levantando un poco la cabeza sobre el horizonte, en un afán por entender o anticiparse a ese itinerario por el que nos desplazamos como sociedad.
Elegir con facilidad denota una seguridad propia de la madurez. Me alegro que te sea fácil, Alma, pero el privilegio es mío.
Camino, hacer lo que a uno le gusta y en la dosis que uno quiere representa todo un lujo o un privilegio. Te felicito por ello. Yo también hago lo que me gusta, aunque reconozco que le dedico más tiempo del que quisiera.
Creo, Nube, que, por lo que comentas, perteneces a una gran ciudad. Aquí elegir es un trabajo frecuentemente agotador e interminable. Siendo nube, más.
Gracias Mariona, ojalá fueran mías.
Muchas gracias por vuestros comentarios, dan luz a este invierno tan húmedo y gris.
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