"La muerte fluye como una entelequia, la perfección máxima de un acontecimiento tan intrínseco a sí mismo como autosuficiente. Para quien muere, a lo sumo, una revelación, un instante eterno de propia ausencia quizá, un camino sin retorno a la esencia absoluta del todo, el regreso al inicio. Para el observador, la metamorfosis de un cataclismo emocional en algún caso, el vértigo de un precipicio al espejismo invisible del sueño y la impotencia siempre.
Vivo con la muerte y ello me hace ser especialmente respetuoso con ella, aunque os confieso que sin ningún tipo de temor. Ya sé que es un tema que despierta cierta aversión y tristeza y que por lo general casi todo el mundo intenta evitar. Con la excepción de aquellos que, moviéndose en los límites entre la materia y el espíritu, insisten en aliviar la dura carga de su aparente dureza alimentando aquello que cada uno guarda en su interior como antídoto del dolor, la belleza."
Como esta de Silvia Pérez Cruz:
No hay comentarios:
Publicar un comentario