17 de julio de 2009

"SI QUEREMOS LLEGAR A ALGUNA PARTE SERÁ MEJOR QUE EMPECEMOS" (Pura entropía)

El juego de la ciencia// Carlo Frabetti (Escritor y matemático)

"La bruja Avería estuvo a punto de llamarse Entropía; pero la directora de La Bola de Cristal consideró, con razón, que era un nombre un tanto pedante e inadecuado para un programa infantil. Menos prudentes, legiones de posmodernos, periodistas y charlatanes de toda índole vienen usando el término con poca o ninguna propiedad desde hace décadas, contribuyendo a que la propia palabra “entropía” se haya vuelto cada vez más entrópica, en el sentido de confusa, poco útil e incierta. Pues la entropía es la medida de la confusión o desorden de un sistema, así como de la imposibilidad de aprovechar plenamente la energía que contiene; y en teoría de la información, la entropía expresa el grado de incertidumbre de un mensaje.


Si el primer principio de la termodinámica nos dice que la energía no se crea ni se destruye (y tal vez sea esta la ley de la naturaleza más sólidamente establecida), el segundo principio habla de la “dirección” en la que fluye la energía, de la irreversibilidad de los cambios, del rendimiento inevitablemente parcial de los procesos en los que hay transformaciones energéticas (es decir, de los fenómenos naturales en general). La entropía tiene mucho que ver con la flecha del tiempo; una flecha que hiere sin cesar y acaba matando. La entropía es Siva, la gran destructora. El desorden tiende a aumentar, todas las formas de energía tienden a degradarse en calor y todas las temperaturas tienden a nivelarse; el universo avanza (¿inexorablemente?) hacia su muerte térmica.


¿Y la vida? ¿Acaso los seres vivos no generan orden a partir del desorden inorgánico? Absorbiendo la caótica radiación solar, el agua inerte y los minerales de la amorfa tierra, las plantas producen estructuras altamente ordenadas. Y nuestros cerebros convierte la glucosa en esa suprema forma de orden que es el pensamiento. Sí, pero a costa de un alto consumo de energía, que incrementa la entropía total. Un frigorífico es un buen símil: enfría un pequeño recinto a cambio de arrojar al exterior más calorías de las que elimina en el interior, con lo que, en última instancia, contribuye al calentamiento global. No hay escapatoria al maleficio de la bruja Entropía, porque su conjuro incesante es el ciego azar, que siempre tiende a aumentar el desorden. Lo que equivale a decir que nuestro concepto de orden tiene mucho que ver con lo improbable; como no podía ser de otra manera para los improbables protagonistas y testigos conscientes de esa improbabilidad extrema que es la vida."


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