29 de octubre de 2013

PAISAJE





"Hace un frío esencial, intenso pero ligero. Como un presagio amable que advirtiera sobre la necesidad de buscar una fuente de calor urgente para el invierno que se acerca. Sigue siendo otoño. Mientras, por entre los árboles casi desnudos, se va colando un sol deslumbrante, impertinente, que quiere despedirse dejando en la piel una huella de cálido recuerdo a verano y, en los que se cruzan por la calle, una sonrisa cómplice de huérfana bufanda. Para los cotidianos habitantes de las prisas y los agobios como yo es una invitación, una oportunidad para detenerse un minuto y recuperar el aliento perdido de eso que llamamos vida cuando nos asomamos serenos a los ojos luminosos de quien nos habita.

Tomo un sorbo de café caliente, miro el horizonte por la ventana y a través del vaho que queda en el cristal te recuerdo como si ya estuvieras aquí."











"Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua."

Rayuela
Julio Cortázar



(Dedicado a cuantos han conocido lo que se esconde más allá de los otoños. Y especialmente a ti.)




(De la fotografía, extraída de la red, no he encontrado autor)

10 comentarios:

Matices dijo...

Y eso es el Otoño, la estación puente que nos hace recobrar sensaciones y, a veces... nos inunda el interior de nostalgia haciéndonos visionar ese fotograma continuo de colores tostados y ocres que permanece en el recuerdo de nuestra retina.
Que buena esta música.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Su gran corazón, acompañado de su magnífica pluma y la belleza de la música elegida, hacen que sea un placer pasear por su blog.
Mi reconocimiento y admiración.
Azul

Anónimo dijo...

Bonito relato lleno de sensibilidad y maravillosa música. Nos da otra dimensión del otoño mas entrañable. El paisaje se torna lleno de tibio calor y ternura.
¡Precioso!!! Felicidades.
Un abrazo.
María de la Cal.

César dijo...

El otoño es sosiego, es calma, es lumbre, es el asiento del verano, es la hoja tuneada, es el tiempo hecho color que habita entre los árboles. El otoño es magosto, no es castaña.

BEATRIZ dijo...

No se sabe porqué en otoño a la víspera del sueño natural, todo es más latente en el sentir humano.
Esas citas son maravillosas de contado, el título del post y ese paisaje de los cuerpos unidos, bueno, qué más se puede pedir para sensibilizar el nervio poético.

Estupendo.

Saludos FJavier!!

Anónimo dijo...

El otoño, tímido, llega de puntillas, sin hacer ruido, cómplice de un viento q toma nuestra mano y nos lleva por caminos de renuevos y esperanzas.
"Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos"
Cortazar.
Gracias amor

José Alfonso Romero P.Seguín dijo...

Los universos se tocan, porque los universos no son ni únicos ni infinitos, son múltiples hasta lo infinito e infinitos en lo múltiple. Solo en la mente del hombre lo son, porque el hombre no quiere reconocerse en ese universo que es, en ese que vuela libre su libre voluntad. El hombre quiere ser uno y finito frente al infinito universo, para así no tener que dar cuentas infinitas e infinitamente personales de nada. “No somos nada”, decimos a menudo, buscando la coartada, “nada –añadimos- en comparación con el infinito universo”. Pero es mentira, nosotros, cada uno de nosotros es un universo infinito en lo singular e infinito en el imaginario. Pero quien quiere verlo, es otoño y las hojas caen finitas y las finitas calles se cuajaban de símbolos infinitos y podemos respirar melancolía sin sentirnos culpables de nada de lo que ocurre porque en todos lados nos acecha el universo único y finito.
Luego vienes tú amigo, escogido amigo de la belleza, y nos traes ese universo de universos que es Rayuela, y qué decir, sin emoción, solo reconocer que somos infinitos y por ello libres y responsables.
Gracias por recordárnoslo.
Recibe un fraternal abrazo.

Berni dijo...

La lectura del fragmento de Cortázar junto con las notas del saxo, suaves y sencuales, hacen que la soledad de la madrugada resulte mucho más cálida y llevadera ;)
Graciaaaaas
Un abrazo

LaCuarent dijo...

Me gusta este ratito de disfrute que me has hecho pasar en tu casa virtual, buena música y unas letras para soñar Un placer para los sentidos amigo

Besitos

Jezabel dijo...

Siempre me enamoro en otoño, con lo poco que me gusta. Será por eso.

Un besazo

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